Bitcoin - La clave pública parte 2
Criptografía de clave pública y las direcciones
Bienvenido a Glorian. Un espacio sin ruido para aprender sobre inversión.
Terminábamos la última edición de Glorian con esta pregunta en el aire:
“Para poder recibir bitcoin necesitamos compartir algo vinculado a nuestra “hucha” que nos permita que los fondos acaben ahí. Ese “algo” es la clave pública.
¿Cómo se relaciona la clave pública con nuestra hucha (la clave privada)?”
Vamos al lío.
Entre la clave privada y la clave pública existe una relación determinística: a partir de la privada se deriva la pública.
Queremos que los bitcoins que nos envíen lleguen a nuestra hucha (controlada por la clave privada), pero sin revelar esa clave. Por eso compartimos un dato público que permita recibir sin poner en riesgo la clave privada.
Esta magia es posible gracias a la criptografía de clave pública.
A riesgo de estar perdiendo el 99% de los lectores en este punto, solo decir que la criptografía de clave pública lo que permite es a partir de la clave privada (ese número largo) calcular una clave pública (otro número largo). Realizando unas operaciones matemáticas muy chulas (de curvas elípticas “secp256k1”).
Lo bonito de este cálculo es que es “fácil” calcular la clave pública a partir de la clave privada pero computacionalmente inviable hacer la inversa (pasar de la pública a la privada).
Aquí idealmente me encantaría poder escribir que es imposible pasar de una clave pública a una privada. Pero estaría escribiendo algo que no es cierto.
No es matemáticamente “imposible”, pero la dificultad es tan enorme que, en la práctica, se considera inalcanzable. Diríamos que es fácil hacer el camino de ida pero muy difícil hacer el camino de vuelta.
Hay teorías que dicen que con la supuesta computación cuántica (si se llega) permitiría hacer estos cálculos. Pero no es un tema que parezca ser un problema en el corto-medio plazo. Y en cualquier caso el ecosistema ya contempla migraciones criptográficas si fuese necesario.
Las direcciones
Para hacer más fácil compartir dónde queremos recibir bitcoin, usamos direcciones. Una dirección no es la clave pública: es una codificación de de la clave pública.
Las direcciones más utilizadas a 2025 son las native SegWit, que empiezan por “bc1q…”
Recapitulemos: Partimos de un número aleatorio muy largo: la clave privada (nuestra hucha). Con esa clave podemos gastar. Para recibir, el monedero deriva una clave pública y a partir de ella genera direcciones que podemos compartir sin exponer la clave privada.
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